En la actualidad ya nada es como antes, estamos tan inmersos en la tecnología, en las redes sociales, vivimos tan de cerca la vida de otras personas que parecen ser tan perfectas que llegamos a pensar que eso es la realidad y que esos cuerpos son el deber ser. ¿Y qué pasa si un adulto llega a pensar eso? Claro que a nuestros hijos les puede pasar.
Ahora que sucede, dentro de los colegios las implicasiones no solo son morales, también son prácticas, a que me refiero con esto, pues conforme los niños van creciendo ellos van sientiendo esa necesidad de pertenencia y el primer paso para lograrlo es de manera física y para hacerlo ellos deben sentirse bien con su cuerpo y lo primero que harán será mirarse al espejo y esto sucede desde los primeros años de edad.
Las redes sociales solo están exacerbando la situación; el lenguaje de la vergüenza corporal y la gordofobia tiene una larga historia, reinando como una de las formas de discriminación más persistentes y “ampliamente aceptadas”. Desde hace tiempo los niños han informado sobre el acoso basado en el peso y que esta era una de las formas de acoso más experimentadas según el Centro de Políticas Alimentarias uConn Rudd & “el 90 por ciento informa que han sido intimidados por su peso. Para la mayoría de ellos, ha estado ocurriendo durante varios años, por lo que es una experiencia crónica y un factor estresante crónico”.
Enfrentar el estigma en torno al peso puede comenzar con conversaciones sobre la imagen corporal positiva, y los hallazgos señalan que deben comenzar desde una edad temprana incluso en preescolar y continuar a medida que los cuerpos van cambiando y eso sucede rápidamente en la primaria y secuandaria. Nosotros podemos hacer un esfuerzo entorno a los libros que discutimos en clase donde veamos libros que hablen de las formas del cuerpo y aborden la diversidad de tamaños y la inclusión como: Bodies Are Cool de Tyler Feder, Dress Coded de Carrie Firestone.
El conocer diferentes palabras que los pueden incomodar desde una temprana edad puede ayudarlos a crear una conversación y cambiar su actitud y percepción ante la situación ya que les enseñaremos a ser pensadores críticos.
Busquemos que los alumnos salgan del aula con con más conocimiento que cuando entraron, pero jamás deben sentirse mal consigo mismos o con las decisiones que tomaron.
Recuerda que nuestra misión es siempre brindar un entorno seguro y que ellos cada día se vayan sintiendo más seguros. Ánimate a porbar nuevas cosas.
